martes, 7 de septiembre de 2010

Lo que el ojo no ve

Me ha costado trabajo encontrar esta noticia, que si bien publicada no es primera ni segunda plana. El arzobispo de Milán, sucesor en el cargo del gran Cardenal Martini, se pronuncia públicamente pidiendo la creación de una mezquita para la comunidad musulmana de la ciudad.

No es que a estas alturas la Iglesia Católica esté para alardear de diálogo interreligioso, aunque sí algunos de sus miembros y una reducida pero dignísima parte de su jerarquía institucional. Por tanto aceptemos la buena intención y el valor de don Dioniggi.

La clave está en la postura de las autoridades públicas italianas, autoridades en el gobierno de la República. Si lo unimos a la vergonzosa postura del gobierno francés respecto a una parte de los ciudadanos europeos, rumanos y de etnia gitana para más señas; tenemos un panorama desolador. Si además un alto cargo del gobierno alemán, un tal Sarrazin, hasta la fecha considerado progre (porque no me creo que fuese progresista visto lo visto), escribe sobre el peligro que la comunidad musulmana es para la nación alemana. Y para colmo encuentra aceptación en sus tesis en una parte de la sociedad alemana. Lo que tenemos es el ascenso de la xenofobia de los bares a la política de primera fila.

Ojo, hablamos de Italia, Francia y Alemania. No de pequeños estados de poco peso, no de un caso aislado. Hablamos del núcleo de la UE.
Obviamente la primera idea que se viene a la cabeza es el totalitarismo de la Alemania Nazi. Y está bien. Porque contra lo que se piensa habitualmente, la Alemania de los años 30 no era una isla de fascismo en un mar de democracias inmaculadas. No solo porque ya Italia estaba bajo control de Musolini, sino porque en todos los estados del momento y como fruto de la debacle económica de finales de los años 20 el ascenso del populismo era enorme. Un populismo que siempre se ceba en algún cabeza de turco (nunca mejor dicho para la Alemania contemporánea). En aquella década de los 30 el antisemitismo crecía en toda la Europa continental, incluida Francia con todos su valores republicanos y su tradición de libertades individuales. Valga como ejemplo el denominado affaire Dreyfus que si bien es un caso de finales del XIX, ilustra como existía un caldo de cultivo antisemita en la Francia de la época. Caldo de cultivo que se fue consolidando hasta la creación de un fascismo francés con la Solidarité Française, movimiento que tuvo gran auge en Francia. Tanto es así que esta extrema derecha francesa facilitó la conquista del país por la Alemania Nazi y la instauración del gobierno de Petain. Un general francés, héroe de la I Guerra Mundial y que reclamaba... la gloria pde la verdadera patria francesa.

Si todavía seguís leyendo, gracias. Pero la parrafada tiene sentido. La crisis contemporánea sólo ha podido ser comparada con el Crack del 29 por los expertos internacionales. Ese Crack del 29 que provocó un empobrecimiento significativo de la clase obrera de Estados Unidos y Europa, que los gobiernos de entonces no quisieron vincular con un modelo económico que generaba exclusión social y que permitió la aparición de partidos populistas dispuestos a vender discursos fáciles con víctimas cómodas aprovechando el caldo de cultivo antisemita existente en la Europa del momento. En España todo llegó más tarde porque a los judíos los habíamos echado en el siglo XV y el fascismo no se puso en marcha hasta que tomó fuerza el otro demonio del momento, el Partido Comunista & cia.

El caso, estamos en un escenario más que similar. Tenemos una sensibilidad social marcadamente islamófoba, un ascenso de la pobreza importante y un horizonte nada prometedor para la próxima década, con poco o ningún elemento de innovación en las propuestas de los gobiernos para reducir los efectos sociales de la crisis. Obama hoy promete más obra pública para paliar el paro, exactamente las mismas recetas de los gobiernos de la década de los 30 (y de la antigua Roma si me apuráis).

Por tanto tenemos todos los ingredientes para liarla bien liada. No quiere decir que tengamos otra guerra europea al estilo de los años cuarenta. Pero con guerra o sin ella no me apetece nada tener un nuevo fascismo campando por los gobiernos europeos. Ni me apetece que la comunidad musulmana europea pague por un modelo económico basado en la especulación de capitales.

Cada esfuerzo humano o económico, invertido en convivencia y educación intercultural estos años ha supuesto el mejor freno a este horizonte de populismo xenófobo. Pero temo que no hayamos conseguido eliminar ese caldo de cultivo, no cuando nuestros medios de comunicación siguen siendo tan marcadamente insensibles a eliminar el trato racista de las noticias, no cuando tenemos políticos también en España y más concretamente en Cataluña dispuestos a raspar votos con leyes objetivamente válidas pero de transfondo xenófobo y populista.
No creo ni quiero que acabemos en otra gran guerra europea, pero tampoco dudo de que tendremos personajes públicos (me niego a darles la dignidad de políticos) dispuestos a todo para alcanzar el poder y ese todo incluye reforzar la imagen del moro enemigo de la civilización occidental, del vecino peligroso (Sarkozy plantea quitar la nacionalidad a los hijos de inmigrantes que sean condenados por la justicia). Sí temo que vamos a ver un ascenso de los nuevos fascismos en Europa con la vieja receta:
  • SEGURIDAD = Mano dura y reducción de libertades individuales.

  • ESTABILIDAD = Empleo de baja calidad y reducción de derechos políticos.

  • IDENTIDAD NACIONAL = Exaltación de la patria y racismo hacia las minorías.

Si alguien lo ve de otra forma, agradeceré sinceramente que me de otro enfoque a mí también. Sin bromas, me hará dormir mejor.

miércoles, 14 de julio de 2010

Café Para Todos y Si No, Dos Tazas.

Ha salido este clamoroso informe editado por la Obra Social de La Caixa: "Fracaso y Abandono Escolar en España". Su lectura es interesantísima, pero arroja una imagen nada positiva de nuestro panorama escolar. Lo peor es que me parece que está lleno de aciertos y por tanto, estamos ante un horizonte muy negativo en el corto y medio plazo.
Acierta en buscar en la primaria los motivos del fracaso visible de la secundaria. Se suele decir que no fracasan los alumnos, que fracasa el sistema. Y es verdad, pero lo van a sufrir los alumnos que no alcanzan el éxito académico así como su entorno, familiar, de barrio, de trabajo. O sea, todos los que convivamos con ellos.
Otro acierto es la visión retrospectiva de los datos. Por poner un ejemplo, aterrador ejemplo. En la página 49 las series desde el curso 1999-00 al 2005-06 el volumen de chavales que no terminó la secundaria obligatoria en el momento que por edad le correspondía se incrementó en un 4.2 %. O sea, que las reformas, inversiones y políticas públicas en educación no solo no han mejorado el sistema y su éxito, si no que lo han deteriorado o al menos han sido inútiles para frenar su declive.
Alguna otra perla se encuentra cuando miramos qué opinan los docentes sobre los motivos del fracaso escolar. La principal causa atribuida por la dirección de los centros es la falta de utilidad de la educación secundaria para las familias.
O sea que tenemos un modelo educativo que no funciona, que funciona peor cada día y que además no encaja con lo que las familias demandan. El informe hace una mención especial a los elementos que tienen que ver con la clase social y la vinculación étnica de los alumnos, pero ahora mismo prefiero centrarme en otra dimensión que tiene para el tema de la diversidad social.
Mucho se criticó en los años ochenta y noventa el modelo educativo basado en la ley de Villar Palasí de 1970, se decía que era un modelo clasista, orientado a que las clases medias y altas accediesen a la Universidad y las bajas a la Formación Profesional. Un modelo que segmentaba más la sociedad, poco igualitario. Entonces inventamos la LOGSE. Que tenía mucha teoría y mucha renovación pedagógica en el papel. Pero sobre todo dos medidas concretas, prácticas y de aplicación directa. Alargar la escolarización obligatoria hasta los 16 años y unificar hasta esa edad todas las opciones del alumnado en una sola, la ESO.
El resultado lo tenemos delante nuestra. Un abandono/fracaso escolar descontrolado y desde luego quienes quieran defender que se ha reducido la segmentación social en la educación lo tienen muy complicado. Miren la opinión de los directores: las familias de los chavales que abandonan no consideran de utilidad lo que los chavales tienen que aprender en clase. O sea, no creen que les vaya a servir en la vida profesional. Y lo peor es que es verdad de la buena, cada vez hay menos horas de humanidades y más de supuestas asignaturas técnicas, pero estas no son de aplicación profesional ¿¿¿ ???
Lo que a mi me sugiere todo esto es que los modelos de café para todos y por narices no valen, fracasan, generan frustración y por tanto abandono. Gestionar diversidad no es solo ver como integrar, es también ver cómo reconocer las diferentes necesidades y espectativas vitales. Si queremos que los chavales salgan más cualificados ¿pensamos que lo vamos a conseguir metiéndoles con 15 años en un aula en la que no quieren estar?
Va siendo hora de pensar en diversificar las opciones, sin crear caminos irreversibles que haga que lo elegido con 14 años impida replantearse la carrera profesional, pero permitiendo también que los alumnos vayan optando por distintas ramas de conocimiento, de aplicabilidad, de profesión futura.
¿Que los chavales son jóvenes para elegir? Actualmente una niña puede supuestamente consentir relaciones sexuales con 14 años, pero no ha podido elegir si quiere orientar su aprendizaje al ámbito académico o al técnico. Eso a pesar de que las distintas teorías sobre el aprendizaje tienden a alertarnos de que tenomos un modelo de enseñanza diseñado sólo par un tipo de persona, la que basa su pensamiento en modelos lógicos analíticos. Parece que algo anda desequilibrado.
No necesitamos tanto pensar qué tienen que aprender los chavales, como ilusionarlos con aprender. Para eso debemos entender que no existen caminos únicos, si no podemos (y no podemos) crear un plan de estudios para cada alumno. Al menos podemos crear algunas opciones académicas que permitan sentir al alumno que está empezando a asumir responsabilidades y decisiones sobre su propia vida. Cualquier psicólogo evolutivo nos diría que parece una buena forma de motivar a un adolescente.
Diversidad social es también y sobre todo diversidad de espectativas vitales y ambiciones personales. Para que cada cual pueda encontrar su camino hace falta que existan caminos que elegir.

Para ello sería interesante que antes de diseñar un modelo educativo se tuvieran en cuenta algunas premisas básicas, propongo tres por mantener la costumbre.
  • Los chavales NO son tontos y son mucho más capaces de lo que parecemos estar convencidos. Modelos de baja exigencia no crean igualdad si no bajo nivel. Si los aderezamos con obligatoriedad sin elección, tenemos fracaso del sistema por partida doble. Demasiados se van y los que se quedan (que se hubiesen quedado de todas maneras) tienen un nivel menor del que podrían aspirar.
  • Un adolescente necesita empezar a tomar las riendas de su vida, eso implica asumir el riesgo a equivocarse y tener la opción de desandar el camino si es necesario. Pero siempre sintiendo que está siendo él quien decide algunas cosas de su vida.
  • La educación no es la preparación para el mercado laboral si no para la vida. Una persona competente y plenamente desarrollada humana e intelectualmente tiene más posibilidades de tener un futuro laboral digno que un doctorado superespecializado pero que se desconoce a si mismo y al mundo que le rodea.
¿Se os vienen ejemplos a la cabeza?

lunes, 7 de junio de 2010

Se requiere simplicidad, que no sencillez.

El Fundamentalismo es uno de los procesos sociales más curiosos. Eleva una idea alto, tan alto que llega no al nivel de valor más importante, si no al de valor único. Fundamental criterio por el cual medir todo lo demás, sin contextualizar ni sopesar otros elementos.


Por eso es tan atractivo, porque intelectualmente es comodísimo. Reduce incertidumbres, simplifica debates y facilita la toma de decisiones. Pocas ideas pero claras. Eso vende.


Pero uno de los efectos más interesantes es que habitualmente el Fundamentalismo se alza sobre una idea, la cual en principio es siempre legítima y además suele ser positiva en si misma. Pero ásta pasa a ser exprimida hasta que de ella solo queda literalmente un esperpento. Reconocible en lo formal pero no en lo sustancial.
Otro elemento clave de un Fundamentalismo sano y bien desarrollado es la generación de identidad. Junto con el confort mental de saberse en la verdad, quien se apunta al club se sabe miembro de una comunidad de personas unidas por algo tan potente como la clave de la vida. Por eso los fundamentalismos generan comunidades fuertes unidas y necesitan un puntito de victimismo frente al resto de la humanidad.


A estas alturas concemos fundamentalismos de todos los tipos y variedades. La Historia ha estado llena de ellos y en la actualidad seguro que ustedes pueden señalar varios.


Nada más reñido con la Diversidad que un buen Fundamentalismo, de la clase que sea.


¿A qué viene esta chapa?


Pues a que cada día ando más mosca con la confusión que tenemos con la pureza de nuestras sociedades. Da la sensación de que en todos los espacios cunde un cierto espíritu de prueba del algodón, como si ante la desbordante conciencia de mundialidad todo el mundo necesitase con urgencia definirse y hacerlo dentro de un grupo claro, distinto del resto.


Ascenso de nacionalismos recalcitrantes en media Europa, proliferación de un islamismo inmovilista, apelación a las lealtades nacionales para superar la crisis y claro retroceso de los organismos internacionales que no sean el FMI.


Parece que perdemos internacionalismo y nos encerramos lentamente en un confortable grupo social que nos de seguridad. No me gusta, no me gusta nada como suena esta música.

lunes, 31 de mayo de 2010

Luto e Indignación

Ayer me acosté pensando en una nueva entrada para el blog después de varias semanas de secano.



Esta mañana he desayunado con la noticia del asesinato cometido por el ejército israelí de varias personas en misión de paz. Cometido en aguas internacionales, sin ni siquiera preocuparse por guardar las apariencias. Con una reacción internacional ridícula.
En estas condiciones, todo acto de reflexiónar sobre una construcción positiva de la sociedad se vuelve imposible. Amputada la esperanza es mejor callar y escuchar a otros.


"Para la libertad me desprendo a balazos
de los que han revolcado su estatua por el lodo.
Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
de mi casa, de todo.

Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.
"

Miguel Hernández

martes, 27 de abril de 2010

Bendito Hiyab parte II

Esta mañana bromeaba con un amigo que dentro de poco en el Telediario nos van a contar hasta lo que ha desayunado Najwa (la chica del hiyab en el instituto madrileño). Es de esas noticias que son tan mediáticas que se manosean en cada edición de noticiero hasta que pasan al programa de Ana Rosa Quintana.

El caso es que a media mañana no he podido resistirme, todos tenemos un punto morboso, y me he metido en prensa a ver qué decía del tema. Y miren ustedes qué cosa más interesante. Resulta que al final la familia decide cambiarla de centro (frente a lo que algunos medios afirmaban) y el centro alternativo en sesión de urgencia cambia su reglamento menos de 24 horas antes para que tampoco pueda asistir con el cabello cubierto. Hay que ver qué intolerantes son estos musulmanes, qué falta de adaptación que tienen.

Pero lo mejor, lo francamente bueno para los progres que reclaman un estado laico sin saber lo que eso significa realmente es el nombre del centro que le prohibe la entrada con el hiyab. I.E.S San Juan de la Cruz, repito SAN-JUAN-DE-LA-CRUZ.

Que no solo demuestra la alta laicidad del centro si no la ignorancia de algunos docentes. Prohiben hoy con un símbolo musulman la entrada de Najwa a un centro que tiene el nombre de un gran autor espiritual cristiano que conecta su obra con los místicos sufíes del Al andalus español. Va a ser que el respeto a la diversidad nos lo van a tener que enseñar los abuelos o los libros, porque lo que son algunos docentes...

Y creanme, me duele pensarlo, pero más aún escribirlo.

martes, 20 de abril de 2010

Bendito hiyab


Bendito hiyab que está dando de comer a tanta gente. Gente por lo demás cultivada y conocedora del talante progresista que debe regir la sociedad occidental.
Hoy el tema está en Madrid, en un centro escolar donde casualmente habían prohibido cubrirse la cabeza con cualquier objeto, sea gorra, pañuelo o montera. Norma que sin duda han introducido sus profesores ingenuamente sin pensar que estaban metiéndose en uno de los debates más famosos de los últimos diez años en el ámbito educativo. Ahora se quejan de que la polémica rodea a su centro. Obviamente no pensaron que esto pudiera pasar cuando decidieron introducir la norma. Obviamente.

El caso es que lo más preocupante no es la miopía de un centro escolar que se excusa en poner normas estéticas (con lo carca que era eso del uniforme) para sus alumnos. Impedir que vayan con gorras o pasamontañas a clase es el objetivo en teoría. Lo más preocupante es la posición mayoritaria de los representantes políticos de la Comunidad de Madrid recogida en prensa.
Resulta que en vez de enseñar en las escuelas a convivir con las distintas opciones políticas, religiosas, ideológicas, identitarias en suma. Debemos convertir las escuelas en espacios donde los alumnos dejen su identidad en la puerta para convertirse en seres neutros.
Ya ni siquiera el magnífico corto "Hiyab" de Xavi Sala va a tener sentido. Dos décadas de modernización pedágogica en España con la supuesta base de que cada alumno y alumna se desarrolle según sus capacidades con una identidad propia y libre y ahora de un plumazo nos lo ventilamos porque nos resulta conflictivo un elemento identitario musulmán.

Tan identitario que algunas compañeras de la alumna han decidido acudir a clase con el hiyab, contra su costumbre, para mostrar solidaridad. Ojo, este tema no debe pasar desapercibido. Porque en el fondo tanto la reacción oportunista de distintos líderes políticos haciéndose los progres con un tema del que son analfabetos funcionales (porque pueden articular discursos pero sin entender de qué están hablando) como la de las compañeras, nos pone sobre aviso de lo que está en el fondo del tema.

Unos piensan que renegando del uso público del hiyab quedan bien ante un electorado que mayoritariamente recela de todo lo que huela a musulmán. Otras viven en ese ambiente y deciden remarcar su islamicidad cuando sienten que se agrede a quien hace ostentación pública de ella. Seguimos atizando de forma ignorante el fuego del conflicto entre sociedades. Pensando las instituciones y quienes las dirigen que con medidas tajantes van a reeducar a las hijas del moro y convertirlas en españolas de pro. A mí me resulta tan patético como los antiguos debates entre europeos sobre si bajo la piel las personas negras tenían su verdadero color blanco.


Atención, pregunta para los progres bien pensantes:
Aceptando, que no lo acepto, que el hiyab muestra la sumisión de la mujer al hombre en oriente. ¿Por qué no prohibimos que las chicas vayan maquilladas a clase? ¿No es en el fondo el maquillaje femenino la forma occidental de exigir a las mujeres que se cuiden para gustar más a los hombres?
Si la preocupación de fondo fuese la igualdad de género, el debate empezaría por el 99% de alumnas que viven en nuestra cultura aún masculino dominante y no por un pañuelo. Por ejemplo eliminando la publicidad sexista omnipresente.


En realidad me temo que el fondo es que el pañuelo identifica a la alumna con el Islam y eso molesta a quien habla de respeto y democracia pensando que son armas y no valores. Ya hemos conocido los fundamentalismos religiosos, después los políticos fascistas y soviéticos. Ahora le toca el turno a las democracias liberales. Después de todo ya hemos hecho la Guerra Santa por la Democracia en Irak...


... uy, si algunos que opinan hoy también lo hicieron hace siete años y de qué manera.

martes, 2 de marzo de 2010

Una frontera a la Diversidad



"Esta ciudad celeste, durante el tiempo de su destierro en este mundo, convoca a ciudadanos de todas las razas y lenguas, reclutando con ellos una sociedad en el exilio, sin preocuparse de su diversidad de costumbres, leyes o estructuras que ellos tengan para conquistar o mantener la paz terrena. Más aún, conserva y favorece todo aquello que, diverso en los diferentes países, se ordena al único y común fin de la paz en la tierra. Sólo pone una condición: que no se ponga obstáculos a la religión por la que –según la enseñanza recibida– debe ser honrado el único y supremo Dios verdadero."

Fragmento de La Ciudad de Dios.
San Agustín de Hipona.
Cca 430 dC.

La preocupación por cómo crear espacios posibles de convivencia sin renunciar a la diversidad no es nueva. Es mejor recordarlo de vez en cuando, no sea que con tanto palabro y tanto escribir nos vayamos a pensar que estamos en una situación inédita.

San Agustín puso los límites en el monoteísmo cristiano. Hoy casi nadie parece defender esto (ojo, casi nadie). Pero también debemos plantearnos qué limites le ponemos a la diversidad. Los ataques más peligrosos que recibe la defensa de una sociedad pluralista vienen precisamente por ahí. Así lo han hecho autores consagrados por la sociología como Giovanni Sartori.

Por tanto, necesitamos no sólo defender la diversidad. Si no generar el marco de referencia y normativo para que pueda desarrollarse. Lo contrario es caer en lo que un amigo defensor de los Derechos Humanos llamaba el "buenismo revolucionario".

Una respuesta habitual es mencionar la Carta de los Derechos Humanos y la Constitución Española como los límites a esa convivencia. Obviamente pueden ser parte de la respuesta, pero no podemos quedarnos así. Uno y otro texto nacieron en un momento dado y hoy día tienen serias lagunas. El mundo y España han cambiado enormemente y más que lo van a hacer en breve, sospecho.

Por aportar alguna idea lanzo lo siguiente. Hay que definir cómo convivir en diversidad en tres planos que me parecen clave.

1.- ¿Qué tratamiento le va a dar el estado a las religiones? Ojo, no a las demás religiones que no sean el Cristianismo Católico. Si no a todas las religiones. El modelo actual (heredado del proceso constitucional por cierto) no se sostiene y cada vez más es claramente discriminatorio. Por otro lado tampoco me gustaría acabar en un laicismo como Francia o Suiza. Decir que la religión debe quedar en el ámbito personal y privado puede significar la imposibilidad de practicar la religión en no pocos casos. Supone esconder la religión dentro de las casas como si fuese un elemento incómodo a la sociedad, no una parte de ella.

2.- ¿Cómo vamos a resucitar la política? Dicho de otro modo, cada vez más se impone el bipartidismo en los estados europeos. Bipartidismo en el que además el margen de maniobra es de matices en muchos casos, especialmente por parte de los restos de la izquierda política. Necesitamos resucitar la política como parte de la vida social. Lo que implica resucitar la diversidad de pensamiento y propuestas para las dificultades que vivimos. La muerte de la diversidad política traerá consigo la muerte de la diversidad social. Si el pensamiento político sólo sigue una dirección, la sociedad consecuentemente hará lo mismo y todo el que no encaje en ese marco quedará excluido cuando no perseguido.

3.- ¿Qué respuesta vamos a dar al desvanecimiento de las fronteras estatales? Las migraciones humanas son uno de los ejemplos. Los estados como piezas de un puzzle internacional que podían diferenciar lo que pasaba dentro de uno de ellos de los demás, están desapareciendo. Existe el estado sí. Pero cada vez menos puede controlar lo que entra y sale de él. A lo más puede controlar y decidir sobre cómo gestionar lo que hay dentro de su ámbito de poder en un momento dado. Sean personas, dinero, mercancías o información. Mientras no inventemos otro modelo mundial, la legislación estatal es la clave del día a día y el marco de referencia del estado se difumina precipitadamente. Puede que tendamos a estados de mayor tamaño como se supone que pasa en la Unión Europea. Pero también puede ser que estemos simplemente diluyendo el estado sin una alternativa clara. ¿Si el estado desaparece quién decidirá?

Aportaciones a estas ideas os pido.